Cómo hacer aceite de sésamo casero para cocinar y condimentar
El aceite de sésamo es un ingrediente muy popular en la cocina, especialmente en el sudeste asiático. Aunque se puede encontrar fácilmente en las tiendas, hacer aceite de sésamo casero es una opción que vale la pena considerar. No solo tendrás la satisfacción de preparar tu propio aceite, sino que también podrás disfrutar de los beneficios y sabores frescos que un aceite casero puede ofrecer. En este artículo, te enseñaremos cómo hacer aceite de sésamo casero para cocinar y condimentar.
¿Qué es el aceite de sésamo?
El aceite de sésamo, también conocido como aceite de ajonjolí, se obtiene de las semillas de sésamo mediante un proceso de extracción. Es ampliamente utilizado en la cocina asiática debido a su sabor distintivo y su versatilidad.
El aceite de sésamo tiene un aroma y sabor distintivos, que van desde suave y dulce hasta fuerte y tostado, dependiendo de cómo se procesen las semillas y se extraiga el aceite. Es un aceite rico en nutrientes que contiene ácidos grasos insaturados, vitamina E, calcio y magnesio, entre otros nutrientes.
Beneficios del aceite de sésamo casero
Hacer aceite de sésamo casero tiene numerosos beneficios en comparación con comprarlo en la tienda. En primer lugar, tendrás un mayor control sobre los ingredientes que utilizas. Al hacerlo tú mismo, puedes asegurarte de que las semillas de sésamo sean de alta calidad y no contengan aditivos no deseados.
Además, el aceite de sésamo casero es fresco y sin conservantes, lo que significa que retiene todos sus nutrientes y sabores naturales. Esto no solo mejora el sabor de tus platos, sino que también te permite obtener todos los beneficios para la salud que el aceite de sésamo puede proporcionar.
¿Qué se necesita para hacer aceite de sésamo casero?
Para hacer aceite de sésamo casero, necesitarás los siguientes ingredientes y herramientas:
1. Semillas de sésamo: puedes conseguir semillas de sésamo en la sección de especias de tu supermercado local o en tiendas de productos naturales.
2. Aceite de girasol: se utiliza para mezclar con las semillas de sésamo y facilitar el proceso de extracción del aceite. Puedes usar cualquier otro aceite neutro, como el aceite de canola o el aceite de maíz, si no tienes aceite de girasol.
3. Licuadora: necesitarás una licuadora para triturar las semillas de sésamo y mezclarlas con el aceite.
También te puede interesar: Uchuva: beneficios y contraindicaciones de esta fruta exótica4. Colador fino o tela de queso: se utiliza para filtrar el aceite y separar los restos de semillas.
5. Frasco de vidrio: se utiliza para almacenar el aceite de sésamo casero.
Una vez que hayas reunido todos los ingredientes y herramientas necesarios, estás listo para comenzar el proceso de hacer aceite de sésamo casero.
Paso 1: Tostar las semillas de sésamo
En primer lugar, deberás tostar las semillas de sésamo para resaltar su sabor y aroma. El tostado también aflojará las semillas y facilitará la extracción del aceite.
Para tostar las semillas de sésamo, colócalas en una sartén seca a fuego medio-alto. Agita constantemente las semillas para evitar que se quemen. Continúa tostando las semillas hasta que estén doradas y fragantes. Esto puede llevar de 3 a 5 minutos.
Recuerda que es importante estar atento durante el proceso de tostado, ya que las semillas pueden quemarse rápidamente. Una vez que las semillas estén tostadas, retíralas del fuego y déjalas enfriar antes de pasar al siguiente paso.
Paso 2: Mezclar las semillas tostadas con aceite de girasol
Una vez que las semillas de sésamo estén completamente enfriadas, colócalas en la licuadora. Agrega aceite de girasol en una proporción de 1:1 con respecto a las semillas. Por ejemplo, si utilizaste una taza de semillas de sésamo, agrega una taza de aceite de girasol.
Licua la mezcla a alta velocidad durante unos minutos, hasta que las semillas estén completamente trituradas y el aceite se haya mezclado por completo. La consistencia debe ser suave y líquida.
Paso 3: Licuar la mezcla
Una vez que las semillas de sésamo estén completamente enfriadas, colócalas en la licuadora. Agrega aceite de girasol en una proporción de 1:1 con respecto a las semillas. Por ejemplo, si utilizaste una taza de semillas de sésamo, agrega una taza de aceite de girasol.
También te puede interesar: Consejos prácticos para dilatar más rápido en el partoLicua la mezcla a alta velocidad durante unos minutos, hasta que las semillas estén completamente trituradas y el aceite se haya mezclado por completo. La consistencia debe ser suave y líquida.
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